Como cada cuatro años, el evento vuelve a convertirse en la vitrina más importante del balompié, con la presencia de los mejores artistas de la disciplina, todos listos para exhibir sus talentos individuales en pos de la victoria colectiva.
Para los mortales es una exquisita oportunidad el poder observar a semidioses como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, referentes de generaciones y figuras de Argentina y Portugal, respectivamente.
Saber que ambos enfrentan su última lid universal deviene sinónimo de tristeza, ¿cómo digerir el adiós de quienes colocaron el término rivalidad en un peldaño cuasi inédito? Pero las despedidas integran el folclore de la vida.
Tanto como la dicotomía sobre el huevo o la gallina, la polémica Messi-Cristiano a veces suena a falacia del tipo círculo vicioso: los criterios son diversos y cada humano presenta disímiles argumentos para defender a su preferido.
Y si de la “Pulga” y “CR7” debemos hablar en presente, nada distinto sucede cuando entran en escena nombres como los del belga Kevin de Bruyne, el francés Kyliam Mbappe, el polaco Robert Lewandowski, el español Pedri y los brasileños Neymar y Vinicius.
Todos cargan carteles de superestrellas y toneladas de ilusiones, pues están llamados a guiar a sus equipos rumbo a la gloria en el Mundial más sui generis de siempre, por diversas cuestiones.
Sin la prensa de los mencionados, Thomas Müller igual acapara reflectores, de hecho, si el atacante alemán marca seis goles empataría con su compatriota Miroslav Klose (16) como máximos artilleros de estas competiciones.
Pero también vivimos un torneo marcado por ausencias que echaron por tierra la posibilidad de brillo de otros integrantes de la aristocracia futbolística, como Erling Haalang y Zlatan Ibrahimovic, quienes quedaron fuera debido a las eliminaciones de Noruega y Suecia, en ese orden.
Al más puro estilo español, hubiera sido una «pasada» tener al androide Haaland, goleador de raza; aunque la lista es muchísimo más amplia, en buena medida por tratarse de una justa con un calendario inédito.
Lejos de los reflectores están jugadores como el neerlandés Georginio Wijnaldum, el portugués Diego Jota, los franceses Ngolo Kanté, Karim Benzema, Raphael Varane, Christopher Nkunku y Paul Pogba, el alemán Marco Reus, el inglés Reece James, el brasileño Diego Carlos…
Y pese a las continuas críticas al anfitrión, Qatar 2022 echó a andar su maquinaria, dejó la victoria de Ecuador en su estreno y asume una carrera frenética, cuyo epílogo será el 20 de diciembre, con apenas dos selecciones dispuestas a “morir” por escalar el Olimpo del fútbol.
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