En esta ocasión, el deporte deviene punto de partida de una hoja de ruta que se antoja suculenta para todos los gustos e insta a conocer cada aspecto de la vida local a través de sus lugares emblemáticos y costumbres.

También resalta el malecón de siete kilómetros La Corniche, que desde la bahía de la capital aproxima a servicios gastronómicos y espacios icónicos como el Museo de Arte Islámico y el parque Sheraton, mientras decenas de rascacielos custodian un lugar convertido en punto de unión entre los hinchas.
Para los amantes de la historia, Qatar tiene reservado un cúmulo de atracciones, aunque la arqueología y las ruinas antiguas se perfilan como áreas de especial interés, por sus valores y majestuosidad.

Sería un craso error olvidar los safaris por el desierto, montar en camello, deleitarse en el mágico Khor Al Udayd, espacio conocido como el Mar Interior en el Golfo Pérsico, o conocer la zona de arte rupestre y esculturas prehistóricas, Al Jassasiya.
Otros de los puntos más atractivos es donde se ubican las Torres Barzan, que, además de su hermosa arquitectura, ofrecen una vista inmejorable del paisaje; o transitar por Souq Waqif, el zoco –mercado en nuestra región- más recomendado en Doha para comprar todo tipo de souvenirs, productos locales o joyas.

Queda claro que hay vida más allá de los goles y las gambetas en esta península arábiga, que viste sus mejores galas para exhibir su pasado y alardear de su presente en busca de un futuro que –entre otros detalles- nos revelará el nombre del gran campeón de la XXII Copa Mundial de fútbol.
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