«Felicitaciones Brasil. Rumbo al sexto», escribió en la red social Twiter el fundador del Partido de los Trabajadores, en alusión a un esperado nuevo título de la pentacampeona universal.
Lula acompañó su mensaje con una foto abrazado a su esposa Rosângela Silva (Janja) y en la que los dos visten la camiseta amarilla del elenco nacional.
Ambos vieron el partido en la zona de Pinheiros, en el oeste de Sao Paulo, donde el gobernante electo se recupera de una cirugía realizada el 20 de noviembre para la «extracción de leucoplasia del pliegue vocal izquierdo».
La leucoplasia consiste en manchas o placas blancas provocadas por el uso exagerado de la voz, reflujo o cigarrillo. El principal síntoma es la ronquera.
Antes de comenzar el cotejo, el extornero mecánico pidió al pueblo brasileño vestir los colores de la bandera para animar a la escuadra en Qatar.
«Vamos a vestir nuestra camiseta verde y amarilla, lucirla con mucho orgullo y seguir a la selección», publicó esta vez en Instagram.
Refirió que «nuestra camiseta tiene los colores de nuestra bandera, que representa a los 215 millones de brasileños y brasileñas».
Mientras la pareja disfrutaba del partido en Sao Paulo, en esta capital, el equipo de transición, liderado por el vicepresidente electo Geraldo Alckmin, asistió al enfrentamiento en el Centro Cultural Banco do Brasil, sede del grupo que coordina el cambio de mando.
Como si fuera el duelo final del torneo, Brasil se paralizó este jueves para ver la confrontación, en la cual destacó el debutante Richarlison, autor de las dos dianas.
Medios televisivos mostraron algunas capitales de los estados y en la mayoría casi todos vestían la camiseta amarilla.
Resulta tanta la pasión por el fútbol que el Ministerio de Economía estableció desde este jueves directrices a órganos y entidades de la administración pública para que los brasileños disfruten de los juegos de la Canarihna.
Una ordenanza de esa cartera permite a «los agentes públicos cerrar el expediente (trabajo) dos horas antes del horario de los partidos de Brasil, durante la Copa del Mundo».
La medida dicta el término del día de trabajo dos horas antes de los enfrentamientos de la Verdeamarelha y establece la posibilidad de que, cuando haya encuentros que comiencen a las 12:00 del mediodía, no se labore.
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