En el minuto 64, el golpeo, raso y ajustado al palo derecho, superó por centímetros al portero Guillermo “Memo” Ochoa, y las gradas del Estadio Lusail movieron los cimientos de Qatar, un país levantado sobre arena, epicentro este sábado de un sismo futbolístico.
La anotación de “La Pulga” -segunda en la presente cita mundialista- limpió su alma después de más de una hora de intentos infructuosos frente a una escuadra azteca precisa en cada corte, sin gota de cobardía delante de las 80 mil almas que colmaron la instalación.
«¡Messi, Messi!”, el coro bajaba de las tribunas entre una euforia incontenible: su capitán, el último genio del balompié universal, el mejor jugador del siglo XXI, había frotado la lámpara. Fueron instantes de felicidad.
Todavía faltaba parte del trabajo. «¡Vamos, vamos!», exclamaba el nacido en Rosario el 24 de junio de 1987 para animar a sus compañeros luego de darle un giro de 180 grados al andar de la “Scaloneta” en el Medio Oriente. La permanencia colgaba de un hilo, como también los meses de esfuerzos y los sueños de millones de hinchas.
Y en medio de la locura que desata esta disciplina tan inverosímil, el sustituto Enzo Fernández, ex River Plate y actual centrocampista del Benfica, sacó un tiro con precisión quirúrgica y otra vez Ochoa terminó vencido, noqueado ante el pandemónium.
Como era de esperar, la marea albiceleste coreó su nuevo himno de combate. Pletórica de emoción, gritaba: «Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial. Y al Diego, en el cielo lo podemos ver, con Don Diego y con La Tota, alentándolo a Lionel».
La imagen de su Dios, Diego Armando Maradona, apareció entre palabras y rimas, porque así como en 2014 surgió la emblemática canción «Brasil, decime qué se siente», los gauchos no dejan de tirar de cábalas y apretar sus gargantas con el hit «Muchachos, esta noche me emborracho».
Argentina venció 2-0 a México sin exceso de detalles técnicos o toques exquisitos; no tuvo la contundencia que muchos presagiaron antes del comienzo del torneo, pero bastaba con ganar… y ganó. La “Scaloneta” sigue viva de la mano de Messi y tendrá otra «final» contra Polonia para sellar su avance a la siguiente ronda de Qatar 2022.
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