Todas las miradas se depositarán en Qatar, más concretamente en el estadio Al Bayt, donde la Roja chocará con Alemania a las 2000 hora local, en un partido que, si era atractivo desde que se conoció el calendario de la Copa del Mundo, es ahora crucial, especialmente para la Mannschaft.
Buena parte de los casi 48 millones de españoles están pendientes de la cita en tierras árabes, mucho más después de la goleada del equipo nacional ante Costa Rica 7-0 en el debut. A lo cual, se añadió morbo con el revés de Alemania 1-2 ante Japón.
Los “streaming” del excéntrico entrenador español, Luis Enrique Martínez, el uniforme completo de rojo (antes llevaba pantalón azul), la celebración del cumpleaños de Pedri (20) y la euforia incontrolable, hablan con fuerza de que el conjunto puede aspira al máximo trofeo de la FIFA.
Para no variar, el palmarés germano inspira respeto, con sus cuatro Copas del Mundo y cuatro subtítulos, recordando además la famosa frase de Gary Lineker de que “en fútbol juegan once contra once y siempre gana Alemania”.
Sin embargo, la ecuación ha cambiado y de forma sustancial. Los teutones, en caída libre tras la debacle en Rusia 2018, ni siquiera con el nuevo técnico, Hansi Flick, lograron hilvanar un estilo de juego potente, ni tampoco resultados importantes a nivel europeo.
Todo lo contrario de la España de Luis Enrique, subcampeona de la Nations League al perder en un reñido encuentro con Francia 1-2, y con sensaciones tan alentadoras en sus últimas presentaciones, al punto de aplastar a los ticos en el estreno en el grupo E del torneo en Qatar.
La última vez que se enfrentaron en una Copa FIFA fue en Sudáfrica 2010 en semifinales. El éxito fue de los españoles de Vicente del Bosque, con gol de Carles Puyol, preludio del único título mundial conquistado por la Roja en alargue contra Holanda 1-0, con diana de Andrés Iniesta.
A sabiendas de que millones de televisores estarán pendientes del duelo aquí, España asume el compromiso dominical con la tranquilidad de que le basta un empate para asegurarse un boleto a octavos de final.
Un elenco coral dominado por jóvenes como el talentoso Pedri y el “eléctrico” Gavi, en el cual el juego colectivo es su mejor credencial.
La generación de juego en el mediocampo, con Sergio Busquets de director de la orquesta, y una línea ofensiva con Asensio, Torres y Olmo, y la profundidad lateral de Jordi Alba, son excelentes credenciales.
Sin embargo, como es típico en Luis Enrique, lo más probable es que incluya a Alvaro Morata entre los titulares, no se sabe si en detrimento de Asensio u Olmo.
De seguro se da que el lateral derecho será Dani Carvajal por César Azpilicueta, manteniendo como centrales a Rodri Hernández (o de pronto Eric García) y a Aymeric Laporte, y en la portería, Unai Simón.
Una España soñando con volar más alto y dispuesta a defender el liderazgo de la llave E, contra Alemania, obligada a sacar a relucir las mejores virtudes de Muller, Kimmich, Gnabry, Musiala y si se recupera, Leroy Sané.
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