Por Jhonah Díaz González, Enviado especial
“Las buenas historias son las de los deportistas que se preparan pero pierden”, dijo hace algunos años Gay Talese, un ícono del periodismo mundial, en su afán de ilustrar la atracción que puede generar una derrota, un ángulo muchas veces incomprendido entre los propios competidores.
Los reveses ante Países Bajos (1-3) y Argentina (1-2), en ese orden, perdurarán en la memoria de los aficionados estadounidenses y australianos, pero tampoco deberían olvidar que sus escuadras echaron tierra a no pocos pronósticos pre-competencia y accedieron a una ronda en la que, por ejemplo, no estuvo Alemania.
Queda claro que el soccer todavía no alcanza la categoría del fútbol, pero la expresión objetiva del síntoma es que cada día está más cerca, y puede que dentro de cuatro años evidencie al cien por cien el verdadero sentido de su evolución. Junto a Canadá y México, Estados Unidos organizará el Mundial más “democrático” (48 equipos) de siempre y las sensaciones vividas en suelo arábigo dejan hálitos de esperanza, con una generación en pleno proceso de desarrollo.
La selección norteña tuvo la menor media de edad (25,31 años) entre las clasificadas a octavos de final, y en 2026 hombres claves como Yunus Musah (20), Gio Reina (20), Sergiño Gianni Dest (22), Timothy Weah (22) y Christian Pulisic Pulisic (24) tal vez se encuentren en el prime de sus respectivas carreras.
Después de quedar fuera de Rusia 2018, retornar a la cima de la disciplina resultó un éxito, detalle maximizado con el avance a “muerte súbita” y el arrojo exhibido frente a la “Naranja Mecánica”, que fue capaz de exponer en cancha la real fisonomía del fútbol contemporáneo.
“Tan cerca, pero tan lejos”, así reflejaron los medios oceánicos luego de “salir de pie” y «llenos de gloria» del choque contra la “Scaloneta” de Messi y compañía, en el que estuvieron a centímetros de la primera prórroga de la corriente lid universal.
Esto no es nada nuevo. Los “Canguros” suman varias décadas estancados en el crecimiento técnico, pero compensan la falta de exquisitez con físico y arrojo, además de una mentalidad nada derrotista, como demostró en reiteradas ocasiones el técnico Graham Arnold.
“Hay decepción, pero no vergüenza en este revés para los Socceroos”, publicó el diario The Sydney Morning Herald, y no existe una manera más lógica de entender el asunto, porque aunque pululan las sombras, Australia y Estados Unidos fueron luces que dieron vida a la Copa Mundial de Qatar 2022.
mem/jdg