Cuatro de los cinco campeones del siglo XXI salieron del llamado viejo continente, y solo el gigante sudamericano hizo valer el peso y el talento de su fútbol hace 20 años en la lid de Japón-Corea del Sur.
Italia, España, Alemania y Francia reinaron en las ediciones más recientes, casi siempre con pugnas contra vecinos, pues solo Argentina se ganó la posibilidad en 2014, cuando Lionel Messi y el fallecido técnico Alejandro Sabella estuvieron cerca de conquistar la gloria.
Sin contar a auriverdes y albicelestes, apenas otras dos escuadras tuvieron el placer de avanzar hasta la ronda semifinal desde 1970: Corea del Sur en el papel de anfitrión y Uruguay en 2010.
Ningún equipo africano logró en el pasado colocarse entre los cuatro mejores, tampoco nadie de Norte, Centroamérica y el Caribe desde Estados Unidos (tercer escaño) en el primer Mundial en 1930.
Solo América y Europa, con nueve y 12 títulos, respectivamente, ostentan el privilegio de conocer el sabor del éxito, dato que revela el antagonismo entre esos continentes y, a su vez, el poder sobre el resto del planeta.
Brasil, con cinco coronas y máximo vencedor de siempre, Argentina (dos) y Uruguay (dos, aunque no gana desde 1950) sienten el orgullo de saberse dignos defensores en una fiesta universal colmada de sensaciones agridulces por la potestad de unos pocos.
Así, el corriente torneo en el Medio Oriente presenta un nuevo chance para romper la cadena de triunfos de los actuales dominadores, e incluso Marruecos tiene ante sí el reto de darle un giro a la historia y alcanzar ante Portugal un resultado inédito.
Los otros choques de cuartos dejan la opción de un pleno europeo en la antesala de la trifulca por el reinado, ya que Brasil enfrenta a Croacia, Argentina rivalizará contra Países Bajos y el cupo restante quedará en el Inglaterra-Francia, vigente líder de la competición.
¿América podrá rasgar la superioridad de Europa? ¿Qué rol tendrán los marroquíes en esta guerra? ¿Quién ganará el primer certamen ecuménico en suelo arábigo?
Sobran las interrogantes cuando los ocho sobrevivientes alistan sus estrategias y sueñan con respirar hasta el 18 de diciembre, día de la gran final.
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