Miles de personas de todas las edades, la mayoría con camisetas del capitán Lionel Messi, bailaron, cantaron y saltaron a lo largo de la Avenida Corrientes e intentaron llegar hasta el Obelisco, cuyos alrededores estaban abarrotados.
La instalación de vallas y los gases lacrimógenos lanzados por la Policía de la Ciudad no impidieron los festejos de los hinchas que alentaron a la Scaloneta con banderas, trompetas y carteles.
“Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar. Quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial. Y al Diego (Maradona) en el cielo lo podemos ver, con Don Diego y con la Tota, alentándolo a Lionel”, fue uno de los cantos más escuchados.
¡Messi, Messi!, gritaba por momentos un coro gigante.
Desde su perfil en Twitter, el presidente Alberto Fernández se sumó a la celebración: “Estos jugadores, este cuerpo técnico y toda la delegación, están haciendo una Copa del Mundo increíble, poniendo a Argentina en lo más alto”.
Nos demostraron que el camino a la gloria siempre es en equipo. El domingo, más que nunca y con toda la ilusión, ¡vamos Argentina!, añadió.
Desde los balcones, bares, autos y ómnibus, los seguidores de la Scaloneta mostraron una alegría incontenible, la cual llegó también a las diferentes provincias de este país.
Por ahora continuará la fiesta y desde mañana soñadores y desconfiados, creyentes y ateos, grandes y chicos, se prepararán para una final, que seguramente será de infarto, con la esperanza de repetir el triunfo de 1986.
rgh/gas