Bajo la firma del artista Máisel López, Coloso -serie inspirada en la niñez- atrae la atención de miles de visitantes e invita a emular la postura de los infantes protagonistas, representados con símbolos de ambas naciones y un balón alegórico a la lid deportiva en curso.
El viaje de las icónicas pinturas de La Habana a Doha otorgó un toque mágico e inusual al ambiente de la competición y devino oportunidad para afianzar alianzas entre la isla caribeña y el territorio arábigo, según afirmó el pintor en declaraciones a Prensa Latina.
Pero no todo fue color de rosa. El proceso creativo demoró más de 14 días, las altas temperaturas exigieron ese extra propio de los campeones y la intensidad hizo temblar las manos, aunque los pinceles mantuvieron sus recorridos y los trazos la precisión quirúrgica propia de López.
“Fueron jornadas de mucho trabajo, tuve que hacer la obra de noche porque en ese momento era demasiado el calor e imposible pintar a la luz del sol”, recordó y, entonces, el orgullo toca niveles insospechados, porque esa pared ha sido una de las más fotografiadas desde el comienzo del certamen.
Sin la necesidad de realizar una encuesta o cualquier otro estudio de opinión, los organizadores del evento notaron el interés de los turistas y colocaron una cámara para crear fotos de 360 grados; desde entonces las filas son extensas, sin importar la hora ni el día.
Como en los estadios o en las zonas del FIFA Fan Festival, todos quieren inmortalizar el momento cerca de un mural bendecido por la excelencia, el cual ratifica las aptitudes artísticas que perduran en la mayor de las Antillas.
Y lejos de cualquier mito, cuentan que la faena de López llamó tanto la atención de decenas de artistas que pidieron su espacio y así surgieron las propuestas de la mexicana Eva Bracamontes y el brasileño Kelvin Koubik.
Seleccionada entre varias propuestas de creadores en su país natal, el proyecto concluyó el 3 de octubre, cuando la pieza fue inaugurada ante la presencia de representantes diplomáticos de varios países, directivos de Katara y miembros del comité organizador de la justa.
Agradecido como siempre, el cubano dejó claro que “no hubiera podido completar la obra sin el respaldo de muchas personas involucradas, pues pusieron a su disposición el equipamiento necesario, como grúa y luces, ya que todo el proceso transcurrió en horario nocturno”.
Asimismo, reconoció el acompañamiento constante de la Embajada de Cuba en Doha, cuyo colectivo hizo que el trabajo fluyera, los inconvenientes quedaran en segundo plano y la energía latina estuviera presente en cada uno de los brochazos.
Graduado de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, López inició su trayectoria a los 14 años: “Me encantaba dibujar, pasaba horas en esta actividad, y a los 15 empiezo a pintar de verdad, con materiales y todo lo necesario”.
Conocido por muchos como el pintor de los niños, alrededor de sus creaciones surgen fábulas, pero los protagonistas de los retratos a gran escala viven y algunos ya dejaron de ser aquellos pequeños que recuerdan al “loco” capaz de tomarles decenas de instantáneas y transformar sus rostros en arte.
Este creador tampoco concibe su vida sin transmitir lo que sabe y guía a personas de diferentes edades al universo de la plástica, para que exploten sus talentos o desarrollen la sensibilidad estética como espectadores.
Así, la XXII Copa Mundial de fútbol siente la vibra de Cuba, mientras Francia anhela revalidar este domingo la corona alcanzada en Rusia 2018 y Argentina ansía darle el título a su gente y al astro Lionel Messi.
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