«La selección francesa es lo mejor que me ha pasado en mi trayectoria profesional. Siento esa pasión en este nivel de élite, me encuentro bien y estoy satisfecho de poder estar en el cargo».
El conjunto europeo llega a la instancia definitiva por segundo Mundial de manera consecutiva pero en esta ocasión con varias bajas importante por lesiones y enfermedad, sin embargo Dechamps no se amilana.
«No voy a entrar en detalles del virus. Es un tema que interesa bastante, lo entiendo. Estamos tomando las máximas precauciones y es la situación que tenemos. Hay que convivir con ello, es lo que nos toca ahora. Si no existiera, sería mejor, pero lo estamos gestionando con el cuerpo técnico».
Al margen de ser la final de una Copa del Mundo, la presencia de Kilyan Mbappé en contra del astro argentino Lionel Messi, ambos compañeros de club en el París Saint Germain, añade más morbo al duelo.
«Cuando Mbappé habla, habla. Necesitan tranquilidad y serenidad, en su rendimiento. Se encuentra muy bien. Ha estado con el grupo desde el primer partido. No tengo ganas de perturbar su tranquilidad».
Por último, el campeón con la selección francesa en 1998, hoy seleccionador del conjunto europeo, elogió a la afición albiceleste que ha colmado la ciudad para apoyar a su equipo.
«Habrá un ambiente festivo, el pueblo argentino se define desde la pasión. Cantan mucho, son expresivos y muestran esa pasión. Hablamos de la final del Mundial y nuestro rival no estará en las gradas, sí en el césped. Solo uno de los dos podrá tener la tercera estrella», concluyó.
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