Después de 36 años de su último triunfo en una cita de ese nivel, la albiceleste aspira a vencer a Les Bleus y desde esta nación sudamericana millones de hinchas ponen su confianza en el equipo liderado por Lionel Messi.
Como en los partidos anteriores, chicos y grandes usarán la camiseta de la selección, llevarán banderas, sombreros y todo tipo de accesorios alegóricos.
Además, cumplirán rituales y realizarán promesas, como lo hicieron desde el inicio del Mundial.
Aunque en su debut fue vencida por Arabia Saudita (2-1), la Scaloneta supo reponerse y los vientos comenzaron a soplar a su favor.
Durante las últimas semanas, el fútbol ocupó todos los titulares de los principales medios de prensa de este país y los hinchas lloraron y sufrieron, pero también cantaron, celebraron y llenaron las avenidas de esta capital y otras regiones.
Hubo casos insólitos como el ocurrido en la localidad de Santa María, en la provincia de Buenos Aires, donde un hombre robó un ómnibus porque llegaba tarde para ver el enfrentamiento con Croacia en la semifinal.
Antes, una reportera decidió cortar su cabello en una transmisión en vivo para cumplir la promesa realizada si Argentina vencía a Polonia en la fase de grupos.
Por otra parte, muchos opinan en redes sociales que el expresidente Mauricio Macri, quien se encuentra en Doha, es de mala suerte y lo instan a continuar tomándose fotos con las camisetas de los equipos contrarios para que así los peores augurios abandonen a la albiceleste.
La víspera, el director técnico de la selección argentina, Lionel Scaloni, pidió disfrutar la final, se emocionó al hablar del esfuerzo realizado por el plantel y deseó que la despedida de Messi de este tipo de citas sea con la copa en la mano.
Aunque Francia es un rival fuerte, Argentina no pierde la ilusión y muchos de los que viven en esta tierra que respira fútbol esperan repetir la proeza de 1986, aquella vez guiados por Diego Armando Maradona (1960-2020).
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