Los encuentros con la ciudadanía, los conversatorios en centros de estudio y trabajo, así como las visitas a barrios urbanos y rurales forman parte del proceso mediante el cual los electores pueden conocer a los 470 propuestos para ocupar los escaños del legislativo.
Son personas que fueron nominadas por las organizaciones estudiantiles y de masas de la isla, para lo cual solo tuvieron en cuenta los méritos de cada uno de los candidatos.
En la nación caribeña no se realizan campañas electorales al estilo de otros países, los propuestos tampoco necesitan disponer de recursos monetarios o pactar con empresas para financiar sus aspiraciones políticas.
Su carta de presentación está en sus hojas de servicio, en sus trayectorias laborales y de desempeño en la sociedad, que las personas pueden consultar en las biografías exhibidas en sitios públicos.
A ello se suman estos espacios de diálogo iniciados el pasado 6 de febrero, mediante los cuales los candidatos a diputados conocen las preocupaciones de la ciudadanía y las características de los municipios por los cuales concurren a los comicios.
De acuerdo con la Constitución cubana, los legisladores tienen el deber de mantener el vínculo con sus electores, atender sus planteamientos, sugerencias, críticas y explicarles la política del Estado.
De igual forma, deben rendir cuenta del cumplimiento de sus funciones, por las que no perciben ningún privilegio personal ni beneficio económico, pues durante los cinco años que dura el mandato tienen la misma remuneración de su puesto laboral.
Los diputados, además, pueden ser revocados en cualquier momento.
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