En pleno apogeo competitivo en el Estadio Ahmen bin Ali, los hinchas ticos siguen un poco desilusionados el ir y venir de la redonda, todos cautelosos después de la paliza recibida ante España (7-0) en la fecha inicial del grupo E.
«Debemos ganar, no tenemos otra alternativa. Confiamos en los jugadores, pero la situación está bien difícil», manifestó el aficionado Alejandro Flores a Prensa Latina, en medio del desarrollo del encuentro.
Bajo tal tesitura, el colombiano Luis Fernando Suárez, técnico de la escuadra centroamericana, sacó coraje la víspera para derramar algo de optimismo: Nosotros no estamos muertos, dijo a los medios de comunicación instalados en esta capital.
¿Renacimiento? Para renacer hay que estar muerto. Uno renace si murió, también se le escuchó decir al cafetero durante la conferencia organizada en el Centro de Prensa de Doha, cercano al Estadio Lusail, sede de la final el venidero 20 de diciembre.
Suárez confía en que su equipo se reponga de la goleada y un antecedente surge como como rayo de luz: Costa Rica ganó su único partido en Mundiales contra un rival de la Confederación Asiática de Fútbol, pues venció a China 2-0 en el año 2002.
Japón, en tanto, tiene como objetivo comenzar un Mundial por primera vez con dos victorias consecutivas. Su mejor cuenta llegó a cuatro unidades en las citas de 2002 y 2018.
Hasta el momento, el pleito marcha sin goles a la altura del minuto 30, con escasas situaciones ofensivas, defensa cerrada y arduo trabajo en el mediocampo de ambos equipos.
Desde las 22:00, hora local, en el Estadio Al Bayt, la llave presentará como plato fuerte el tope Alemania-España, con la tropa de Hansi Flick, seleccionador de los teutones, obligada obtener la victoria.
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