¿Cómo enfrentar el presente si conocemos la tristeza del futuro? Tal vez esa pregunta traída por los pelos sea recurrente en los pensamientos de los lusos Cristiano Ronaldo y Képler Laverán, «Pepe», y los charrúas Luis Suárez, Edison Cavani y Diego Godín.
Todos hombres llenos de gloria, también de cicatrices de tantas batallas, y que ahora los une el objetivo común de conquistar Qatar 2022, porque la edad tampoco entiende de grandeza.
A más de 100 metros sobre el nivel de la cancha, sentado en el bloque seis, fila C, puesto 14, el periodista colombiano Oscar Munevar, del diario El Nuevo Siglo, intentó seguir los pasos de «CR7», un fenómeno del siglo XXI.
En el minuto 54, el crack portugués, colgado del cielo, intentó cabecear la redonda, pero quedó a escasos milímetros, aunque celebró el gol logrado en la misma acción por su compañero Bruno Fernández (90+3), autor de un doblete.
Munevar miró la repetición una y otra vez en el monitor que tenía delante hasta que se convenció: Sucede que ese es una gloria del fútbol y casi termina en estas competiciones.
El cronista cafetero, de 69 años, vive su décima Copa del Mundo y tiene mucho que decir. «A esos señores no debemos olvidarlos, porque siguieron la ruta correcta y mantuvieron este tipo de espectáculo».
Cerca de la hora, Godín abandonó el pleito y los aplausos parecieron eternos de las 88 mil 668 personas que colmaron el Estadio Lusail, sede de la final del certamen el venidero 20 de diciembre.
Las palmas volvieron a sonar cuando Suárez salió de la banca a calentar, pero fueron más poderosos al sustituir a Cavani. Después de años juntos en el césped, actualmente conservan el rol de atacar, pero en momentos diferentes.
Esta vez, Europa ganó el mano a mano en las tribunas. Predominaba el color rojo fuerte de la escuadra portuguesa, si bien el celeste lució compacto en la zona baja de la banda izquierda entre cientos de banderas.
En el minuto 82 sucedió otro instante mágico de la noche: Cristiano Ronaldo fue sustituido y entregó la cinta de capitán a Pepe en medio de una algarabía inefable. El público sabía qué estaba en juego.
Al final, Portugal venció 2-0 para clasificar a la siguiente ronda, mientras Uruguay enfrentará el viernes a Ghana en un cotejo de «vida o muerte» y en el corredor Munevar, en tanto, quedó en su butaca en plena acción de su labor periodística.
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