En los alrededores del Estadio Lusail, sede del cotejo, los hinchas se reunieron para alentar a la escuadra albiceleste entre cánticos, rimas e imágenes de Diego Armando Maradona y Lionel Messi.
Varias calles de la moderna ciudad están teñidas con los colores de la selección, algo que advirtió el propio neerlandés Louis van Gaal, técnico de la Naranja Mecánica, en conferencia de prensa previa al enfrentamiento, cuyo arranque tendrá lugar a las 22:00, hora local.
“El equipo está preparado para soportar la presión de jugar con 40 mil personas en contra. Se esperan que solo mil 400 de los nuestros asistan”, expuso el entrenador de 71 años de edad, el más longevo entre los presentes en el torneo.
En medio de la muchedumbre, vestido con una casaca número 10 de “La Pulga”, uno de los fanáticos sudamericanos comentó a Prensa Latina que confían en el éxito advirtió que todavía les quedan varios días en suelo del Medio Oriente.
Como resulta habitual, cantaron el himno de combate: «Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial. Y al Diego, en el cielo lo podemos ver, con Don Diego y con La Tota, alentándolo a Lionel».
Una historia similar se vivió la víspera en las cercanías del mercado Souq Waqif en Doha, principal punto de encuentro del contingente argentino desde que arribaron a suelo arábigo, tras no pocos esfuerzos para afrontar el viaje.
Como en otras ocasiones, el bullicio perturbó los rezos en una mezquita cercana y eliminó el silencio nocturno de una zona excesivamente alumbrada en medio de rascacielos y edificaciones despampanantes.
Así, al mejor estilo Hollywood por todo lo que cierra la pugna, Argentina y Países Bajos enfrentan el peligro de ser tragadas por arenas movedizas en un juego de “vida o muerte” en el campo de fútbol, deporte que despierta las pasiones más inverosímiles.
El representativo que termine feliz se medirá al ganador del corriente tope entre Brasil y Croacia, por lo que existe la posibilidad de un “clásico” sudamericano en la antesala de la disputa de la corona, el venidero 18 de diciembre.
rgh/jdg