La cercanía del Día de la Rebeldía Nacional será entonces otro acicate para elegir a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en un escrutinio de honda raíz democrática para la décima legislatura del órgano de gobierno en el país.
El 26 de julio de 1953, en aquella Mañana de la Santa Ana y en plenos carnavales, el joven abogado Fidel Castro y sus compañeros, llegados en su mayoría desde la zona occidental, atacaron la imponente fortaleza militar para intentar un golpe demoledor a la tiranía de Fulgencio Batista.
Aunque la audaz acción no logró sus objetivos y la represión brutal desatada cobró la vida de valiosos combatientes, a partir de aquel domingo comenzó la etapa definitiva de las luchas insurreccionales de los cubanos en pos de la soberanía, la dignidad y la justicia.
Bastaron entonces cinco años e igual cantidad de meses y de días para que triunfara la Revolución y así se anunciara aquí desde los balcones del Ayuntamiento Municipal, en el corazón de la urbe y frente al parque nombrado Carlos Manuel de Céspedes, el iniciador de las gestas por la independencia en 1868.
Han sido 64 años de un proceso transformador en todos los órdenes de la vida y sometido al acoso del más cercano vecino y a su vez mayor potencia imperial, que no ha cejado un minuto en el intento de «domesticar» a la isla y devolverla a su redil.
Por eso, la voluntad de los moncadistas y el simbolismo de la antigua edificación castrense convertida en ciudad escolar, acuden en respaldo del ejercicio de autodeterminación que significan estas elecciones, en medio de difíciles circunstancias económicas y de una delirante guerra comunicacional.
Los riesgos que acechan en tales coyunturas no han detenido el continuo empeño por el perfeccionamiento de la sociedad cubana y de las leyes que contribuyan a ello, aunque siempre es previsible que algunos se cansen, se confundan o pierdan la fe.
En los últimos seis años, Cuba ha convocado al voto ciudadano igual cantidad de veces, a partir, sobre todo, de la confianza en sus hijos.
Con motivo de la conmemoración de uno de los acontecimientos más trascendentes de la historia nacional, los santiagueros trabajan para rendirle tributo con avances económicos y sociales que se inserten en los actuales objetivos prioritarios del país.
La elección responsable de los representantes en el nuevo Parlamento será también un acto de patriotismo.
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