Por Jhonah Díaz González, enviado especial
Aquel 15 de julio, Donald Trump ostentaba la silla presidencial de Estados Unidos; el planeta desconocía el término Covid-19, Reino Unido integraba la Unión Europea -Boris Johnson firmó la salida en 2020-, y Twitter era ajeno al patrimonio de Elon Musk.
Muchas cosas ocurrieron y cambiaron desde aquella diana de Kylian Mbappé en la victoria de Francia sobre Croacia (4-2) en el Complejo Olímpico Luzhnikí, en Moscú, donde los galos alcanzaron un reinado que comenzarán a defender -en breve- en Qatar, sede del primer certamen universal de fútbol en suelo árabe.
Atrás quedaron 51 meses –o mil 589 días-, y la nación musulmana tiene las puertas abiertas para la XXII Copa Mundial después de un proceso organizativo no exento de críticas, que trajo de vuelta profundas demandas sociales y de derechos humanos.
“Desde que obtuvimos el honor de albergar el mundial, Qatar se ha visto sometido a una campaña sin precedentes a la que ningún país anfitrión se ha enfrentado jamás”, dijo hace menos de un mes el Emir Tamin bin Hamad al Thani.
Durante su discurso en la apertura de la sesión anual del Consejo de la Shura, Hamad al Thani agregó: “Inicialmente tratamos el asunto con buena fe, e incluso consideramos algunas de las críticas como positivas y útiles para ayudarnos a desarrollarnos”.
Empero, afirmó que “pronto nos quedó claro que la campaña tiende a continuar y expandirse para incluir invenciones y dobles raseros que fueron tan feroces que lamentablemente han llevado a muchas personas a cuestionar las verdaderas razones y motivos detrás de esta campaña”.
Numerosas organizaciones internacionales aluden al historial de abusos laborales durante la construcción de los estadios, así como la represión contra el colectivo LGTBI, documentado por ONGs como Amnistía Internacional o Human Rights Watch.
Sin embargo, la nación refutó estas acusaciones en los informes, al señalar que son “categóricamente falsas” y concentró todos sus esfuerzos en preparar el mejor “Mundial de la historia”.
Como en el pasado, el certamen legará desde este domingo un fértil caldo de cultivo para historias sobre héroes y villanos en las canchas, esos mismos que lucharon durante varios meses sus tickets en un ambiente sui generis, por culpa de la Covid-19.
Buena parte del proceso clasificatorio aconteció lejos de lo acostumbrado: estadios vacíos, silencio en las gradas, mascarillas en los rostros, temor a contagios, medidas sanitarias…, pero se le plantó cara a la desgracia y aquí están las 32 selecciones aspirantes al título.
Cuatro años después del último gol de Rusia 2018, Cristiano Ronaldo vive una agonía letal en el Manchester United inglés; Messi es campeón de América luego de levantar el trofeo en el mismísimo Maracaná y Benzema quedó fuera la víspera de Qatar 2022, a causa de una lesión.
El igual francés Mbappé deviene estrella principal del monarca defensor, Brasil aparece como el gran favorito en las apuestas de hinchas y especialistas, y Argentina sueña con acariciar su tercera corona ante la mirada atenta de España, Alemania, Inglaterra, Países Bajos y Bélgica.
El tortuoso viaje casi llega a su fin, solo restan unas horas para que Qatar 2022 se convierta en realidad.
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