La noticia -anoche- de la lesión del flamante Balón de Oro cayó como un balde de agua fría para Les Bleus en sus aspiraciones de repetir el reinado del planeta fútbol conseguido hace cuatro años en Rusia, aunque su ausencia como titular en realidad era un hecho bastante probable, dada la poca cancha del madridista en las últimas semanas.
Privado de una dupla ofensiva de lujo Benzema-Kylian Mbappé, el técnico tendrá que cambiar el esquema que alguna vez tuvo en mente y decantarse por cuatro jugadores en ataque con Olivier Giroud en la punta o por un tridente a base de Mbappé en el extremo izquierdo, Ousmane Dembélé (Kingsley Coman) en el derecho y el veterano Giroud de nueve.
En cualquier caso, el 4-2-3-1 o el 4-3-3 pasa por la posición asignada por Deschamps al renacido Antoine Griezmann, quien en el primer sistema jugaría como suele hacerlo, pero en el segundo estaría más retrasado en el campo, acompañando a Adrien Rabiot, ambos por delante del recuperador Aurélien Tchouaméni.
La ofensiva, pese a la baja de Benzema, sigue a la altura de las pretensiones de Francia, asumiendo que un Mbappé más experimentado tire del carro como hace cuatro años, y en ese sentido el partido del martes ante la discreta Australia se presta para un debut energizante.
Otra es la situación del mediocampo, donde los ausentes Paul Pogba y N’Golo Kanté hicieron la diferencia en Rusia-2018, y esta vez corresponderá al tándem Tchouaméni-Rabiot el protagonismo si Les Bleus juegan en Qatar con un 4-2-3-1, ayudados por Griezmann en las tareas de destruir, crear y enlazar si lo hacen bajo el 4-3-3.
También hay complicaciones en la defensa, con el veterano Raphael Varane en duda y la necesidad de que los jóvenes Ibrahima Konaté (23) y Dayot Upamecano (24) estén a la altura del reto como zagueros centrales, mientras Lucas Hernandez, o su hermano Théo, y Benjamin Pavard sí garantizan desde ya tranquilidad en los laterales.
Deschamps adelantó antes del mundial que no repetirá la línea de tres en el fondo, la cual dio buenos resultados en el pasado, e igualmente no pocos dolores cabeza, así que buscará con cuatro defensas (dos centrales y dos laterales) repetir la hazaña del doblete, realizada por última vez hace 60 años por el Brasil de Pelé (1958-1962).
A Francia le faltan piezas clave, pero es mejor mantenerla entre las selecciones favoritas, junto a Brasil, Argentina, Bélgica, Alemania, Portugal e Inglaterra, todas con nóminas capaces en el papel de agregar una estrella a la camiseta, o de conquistar la primera, que sería el caso de los Diablos Rojos o los Lusos.
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