Oriundo de Yaoundé, el delantero del Mónaco representa a la selección helvética y los azares de la vida determinaron que crucificara a su país de nacimiento, convirtiéndose en el primero que lo logra en toda la historia de las Copas Mundiales.
“El goleador triste”, así ya le llaman, mientras la pose que adoptó luego de la diana es trending topic en medios de comunicación y redes sociales, que recurren a las reseñas biográficas sobre el atacante.
Con pasaporte suizo desde 2014, Embolo recibió el llamado para representar a la tierra africana, pero decidió jugar por los europeos al debutar en marzo de 2015 contra Estados Unidos.
Su padre vive en Camerún y mantienen contacto de forma regular; incluso, como especie de presagio, el protagonista dijo en la previa del duelo: «Si marco intentaré no celebrar. Pero el fútbol es un deporte de emociones. Si lo celebro no será contra mi país natal, sino porque quiero ganar».
Pese al desenlace negativo en el inicio del grupo G, la escuadra perdedora exhibió superior trato al balón y tejió las ocasiones más claras en la primera parte; sin embargo, perdonó demasiado y Suiza embocó la mejor acción vista en el estadio Al Yanoub.
En medio de la tempestad, los africanos sufrieron su octava derrota consecutiva en la Copa Mundial de la FIFA y siguen sin ganar desde 2002. Así, peligra la (extraña) final pronosticada por el ex astro Samuel Eto’o, quien colocó en sus preferencias a los Leones Indomables versus Marruecos.
En cambio, los suizos, de la mano de Xherdan Shaqiri, el portero Yann Sommer –elegido MVP del choque- y el propio Embolo, comenzaron con el pie derecho el camino hacia su quinta fase de octavos, aunque todavía les quedan retos por delante.
Para completar el estreno de la llave, la súper favorita Brasil enfrentará a Serbia, desde las 19:00, hora local, en el Estadio Lusail. Justo entonces, seguramente todavía se hablará del “goleador triste” y su gesto en busca del perdón.
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