La pugna, colmada de matices, maximizó su importancia desde el punto de vista deportivo, aunque pocos obvian los detalles históricos y las tensiones sociopolíticas entre ambos territorios desde el año 1979.
A partir de las 22:00, hora local, en el estadio Al Thumama se vivirá un remix de lo sucedido en la Copa de Francia 1998 y que pasó a la historia como «El partido por la Paz».
Aquella vez, los asiáticos salieron victoriosos por 2-1, con goles de Hamid Estili y Mehdi Mahdavikia, mientras Brian McBride anotó el tanto para los norteamericanos en el epílogo. Valga acotar que el tope marcó la eliminación del perdedor y otorgó el primer triunfo de los persas en estos certámenes.
El encuentro correspondió a la segunda fecha del grupo F, el 21 de junio en el Stade de Gerland de la ciudad de Lyon, y reunió a 39 mil 100 seguidores, un poco por debajo de la capacidad máxima de la instalación (43 mil butacas).
El desafío, que supuso un éxito diplomático entre las discrepancias existentes, abrió la posibilidad de organizar dos duelos amistosos, uno en suelo norteño y otro en territorio asiático.
Tras múltiples negociaciones, el primero tuvo lugar el 16 enero de 2000 y se saldó con empate 1-1 en el Rose Bowl de Pasadena, California. Uno de los hechos significativos fue que cerraron el espacio aéreo sobre el recinto.
Sin embargo, el segundo nunca vio luz. Incluso, Irán invitó a EEUU a formar parte de una cuadrangular con Egipto y Grecia, pero recibió el rechazo, y después del ataque al World Trade Center -el 11 de septiembre de 2001-, no existieron más posibilidades.
Más de 20 años luego, Qatar 2022 reserva un rol significativo para el “dual meet”, que iniciará entre acusaciones debido a una imagen publicada en las redes sociales de la escuadra de Estados Unidos.
Sucede que colocaron la bandera iraní sin el símbolo de la República Islámica, lo que fue tomado como una afrenta y aunque luego utilizaron la enseña oficial, el equipo legal de la Federación asiática valoró presentar una queja formal a la FIFA.
El conflicto tiene su raíz hace varias décadas. Estados Unidos e Irán, gobernado por Mohammad Reza Pahlaví, mantuvieron relaciones comerciales entre 1954 y 1979, con ambos repartiéndose ganancias del petróleo.
Empero, en aquel año estalló la Revolución Islámica y derrocó al Sah, que contaba con el apoyo norteamericano y tomó rumbo al exilio, mientras que la situación no hizo más que deteriorarse.
La tirantez tuvo otro punto álgido cuando un grupo de estudiantes iraníes tomó como rehenes a 52 estadounidenses, entre diplomáticos y civiles, en la embajada ubicada en Teherán.
El expresidente Jimmy Carter, entonces en la Casa Blanca, dio declaraciones fuertes y congeló más de 10 mil millones de dólares en activos iraníes y prohibió los intercambios comerciales en la zona islámica, así como los vuelos a esa nación.
Por demás, Carter apoyó a Irak cuando se declaró en guerra con Irán y le permitió utilizar armas químicas. Esa guerra dejó centenares de miles iraníes muertos, sin obviar aquellos que todavía sufren secuelas.
Bajo este historial acontecerá el duelo futbolístico. Irán, dueño de tres puntos, podría conquistar el pasaje si celebra el resultado o empata y espera por una victoria de Gales sobre Inglaterra; al tiempo que la felicidad de los norteamericanos (dos) pasa por superar a sus contrarios de turno.
mem/jdg
