Por Gonzalo Crespo, Enviado especial
El proyecto exhibe 119 símbolos que representan a los países con misiones diplomáticas acreditadas por el estado de Qatar, así como la enseña de la Unión Europa, las Naciones Unidas y el Consejo de Cooperación del Golfo.
El espacio comunitario no solo constituye una muestra de diversidad y color que ondea en el cielo, sino un escenario para la cultura, pues acoge diversos festivales y las artes visuales alcanzan otra dimensión en una galería al aire libre.
En ese sentido, destaca la instalación “Nosotros, ella, él”, que consiste en una serie de bancas de más de 300 metros, las cuales fueron talladas a mano en piedra caliza y fueron ubicadas alrededor de la Plaza.
Las piezas pretenden estimular la reflexión sobre las conexiones humanas, un concepto que está en coherencia con el bosque de banderas que alude a la posibilidad de convivencia en un solo espacio de las múltiples culturas y tradiciones.
De hecho, una de los primeros eventos fue el festival comunitario Years of Culture (Años de Cultura), en el cual el amplio abanico de comunidades residentes en suelo arábigo mostraron sus identidades en un único espacio.
El sabor latino también estuvo presente, recordó Oscar León, embajador de Cuba en Qatar, quien afirmó que “nuestra insignia nacional de la estrella solitaria flamea, bella e impetuosa, entre el concierto de gallardetes”.
Igualmente, resaltó que el panel con información sobre la isla atrae a los visitantes del lugar, en “respuesta a la celebración de la paz, la solidaridad, la amistad y la cooperación que reina en medio del mundial”.
Desde su inauguración el pasado 5 de octubre por Su Excelencia Jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Than, la plaza devino símbolo de apertura de Qatar al mundo y las ricas conexiones que se establecen a través de la interacción intercultural.
«Su significado está plasmado en la creación de piedra de Najla Al Zein, que será un recordatorio permanente de nuestra interconexión global», apuntó Sheikha Mayassa, hermana del Emir ante los representantes de más de un centenar de naciones, en aquella ocasión.
Desde La Corniche, una de las zonas más concurridas en Doha, los turistas aprovechan para tomar fotos en ese afán de inmortalizar el momento y refrendar el concepto de la Plaza, mientras reconocen los colores de sus símbolos como un pedazo de hogar a escasos metros del Golfo Pérsico.
nmr/jdg