«Felicidades, Argentina y al Presidente Alberto Fernández, ¡¡Qué juegazo!!», escribió Cortizo en su cuenta de Twitter.
Todo el istmo acompañó ese partido no apto para cardíacos como aseguraban los seguidores de uno y otro bando frente a pantallas en comercios, restaurantes, bares, parques, hasta que el once de Lionel Messi, consagrado hasta el último punto, alcanzó la corona.
Otros funcionarios de Gobierno como la vicemisnitra de Salud, Ivette Berrios, escribió en las redes sociales que se trataba de un sentimiento, 2un recital señores, no puedo parar», escribió.
Gritos de emoción, de llanto, recuerdos de la Argentina de Diego Armando Maradona, señalaron otros al ver a la albiceleste levantar la Copa con dos goles de Messi y uno de la vieja escuela: Ángel Di María.
Otros mensajes sobresalieron como «Hoy el mundo es más feliz gracias al fútbol. Felicidades a todos. Los que ganaron y los que no. Y en el 2026 Panamá debe de estar allí», posteó la excanciller Erika Mouynes.
El periodista Eduardo Lim opinó: «Juegazo, así debe ser una final de Copa del Mundo. Ganaba Argentina un juego aburrido y Francia cerró un juegazo sin rendirse. Grande el Fútbol, Grande Argentina».
El presidente del Partido Panameñista, José Isabel Blandón, también la vivió: «Argentina campeón. Ganan la tercera y vuelve la copa a América Latina. El título que le faltaba a Messi y Di María. Tremendo Mbappé».
Medios de prensa como Eco TV destacaron que a los 35 años, el astro argentino puede despedirse tranquilo de sus periplos por los mundiales (participó en los últimos cinco): anotó el primero, de penal (23), y el tercero (en la prórroga, 109) en el atestado estadio de Lusail y participó en el segundo, de Ángel Di María (36).
Aunque la corona rompe con una sequía albiceleste de 36 años sin alzar la Copa del Mundo, antes lo hicieron con Mario Kempes en 1978 y Diego Maradona en 1986, la conquista tiene de protagonista especial a un tipo que vio cómo Alemania se la arrebataba de las narices en Brasil-2014.
Con Di María y Messi como únicos sobrevivientes de la debacle en el Maracaná, el grupo que formó Lionel Scaloni supo cerrar filas en torno al que miles consideran el mejor jugador de la historia, un título resistido para muchos justamente porque no tenía en sus manos, el cual alzó este domingo ante 88 mil 966 espectadores.
Y lo hizo ante la Francia de uno de sus potenciales herederos y compañero de equipo en el PSG, Kylian Mbappé, que llevó el partido a los penales al anotar un triplete (80, 81 y 118, dos de ellos de penal) y terminar como goleador del torneo, con ocho dianas.
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