Las calles estaban vacías desde antes del mediodía, pero de bares, restaurantes, balcones y viviendas salieron cientos de uruguayos a disfrutar de esta victoria, que muchos aquí comparten como suyas.
En la Rambla montevideana los autos hacieron sonar los claxon y frente a la pantalla gigante en la Intendencia decenas de personas se abrazaron.
Fueron casi tres horas de emociones, de un primer grito de gol que resonó con la diana inicial, marcada de penal por Lionel Messi, cuyo número 10 cubre espaldas aquí.
Los goles de Francia fueron acompañados por un silencio de sepulcro, roto finalmente por la algarabía que acompañó a los disparos argentinos y las dos paradas de su portero, Dibu Martínez, en la tanda de penales.
Fue una especie de consolación por la eliminación temprana de la selección de Uruguay.
¡Argentina es campeón del mundo en Qatar!, título rápido la edición digital del diario El Observador.
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