Al intervenir en la Sesión Constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) en su X Legislatura, donde resultó elegido para un segundo mandato, aseguró que responderá a la confianza depositada con pasión, compromiso y sin desgano, hasta las últimas consecuencias.
Se refirió al constante acoso de los enemigos de la Revolución con el propósito de revertir el proceso de transformaciones que impulsa la isla.
Afirmó que una prueba fehaciente de esas intenciones fue la intensa campaña mediática con la que trataron de deslegitimar recientes procesos eleccionarios desarrollados en la isla, en los que hablaron de abstencionismo, cuando en realidad esos comicios tuvieron un por ciento de asistencia por encima de la media de otros modelos de democracia en el mundo.
Volvieron quedarse con las ganas, el elevado nivel de participación demostró la confianza del pueblo en la Revolución. Fue una muestra de civismo, de patriotismo, y sobre todo de conciencia política, apuntó.
Ahora esa confianza no la podemos defraudar, nos tiene que comprometer a todos sistemáticamente en cada uno de los municipios y distritos del país, escuchar las preocupaciones de la población, apoyar a las autoridades locales, sin suplantar sus funciones, y elevar a instancias superiores los problemas que sobrepasan las facultades de los territorios.
El avance del país -dijo- depende mucho de que cada diputado asuma con entrega y compromiso el desafío que nos hemos planteado: vencer el bloqueo (de Estados Unidos) sin esperar a que lo levanten.
El mandatario cubano resaltó la alta participación de jóvenes en el nuevo parlamento, y agradeció a las nuevas generaciones por ser inspiración, estímulo y protagonistas de las batallas de la Revolución.
Son los jóvenes de los mejores revolucionarios, porque reconocen las dificultades diarias y se enfrentan a ellas y tratan de cambiarlas, porque a pesar de las adversidades siguen sonriendo, amando y creyendo en la posibilidad de un país mejor a pesar de que algunos los conviden a no participar, a destruir, a odiar, señaló.
Nos toca, afirmó Díaz-Canel, estimular que ese espíritu juvenil se exprese; hay que convencer pero sobre todo probarle a nuestros jóvenes que sí podrán realizarse en su patria.
En su alocución, el jefe de Estado cubano aseguró que el proyecto cubano incluye a su emigración comprometida con la construcción de un país mejor; aquellos que –apuntó- conservan el amor a su país de origen y los deseos de que progrese.
No podemos ser parte de la politización de la emigración cubana, con la que trafica el enemigo. Debemos defender una relación que les deje claro que admiramos sus triunfos y que su patria los respeta, los mira orgullosa y los espera de regreso, aspirando simplemente a que respeten y defiendan el suelo que los vio nacer y los formó con amor.
Expresó que el proyecto de país propuesto pretende llegar a una mejor sinergia, diferente a la de otros modelos, que conduzca a mayores niveles de equidad y realización individual y colectiva, “que tenga el sello de valores que compartimos como sociedad e incorpore sostenibilidad y prosperidad”.
Este es un pueblo heroico que jamás se cansó de luchar y de donde brotaron hombres en los cuales el pueblo sigue inspirándose, afirmó.
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