Por Roberto Castellanos
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Egipto
Si, por un lado, fue un sonado triunfo la aprobación de un fondo para financiar las pérdidas y daños de los países pobres, por otro el evento -efectuado del 6 al 20 de noviembre- fracasó en adoptar medidas más drásticas para enfrentar el flagelo.
Es un logro histórico tras 27 años de discusiones y reclamos de las naciones en vías de desarrollo, afirmó el canciller egipcio y presidente del cónclave, Sameh Shoukry, al referirse al primer tema.
Adoptada por consenso de las casi 200 delegaciones, la creación del fondo también fue aplaudida por el secretario general de la ONU, António Guterres.
El debate sobre el tema fue tan ríspido que la 27 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) tuvo que posponer su cierre durante casi 48 horas debido a las diferencias entre el Norte y el Sur.
Los primeros fueron reacios desde el principio a aceptar el proyecto, que ya naufragó por su oposición en la anterior COP, celebrada el pasado año en Glasgow, mientras los segundos lo respaldaron en bloque al presentarlo como una vieja demanda muy necesaria en la actualidad.
Según el texto, el mecanismo proporcionará financiación “nueva, predecible y adecuada” a “los países en desarrollo especialmente vulnerables”.
Los detalles de su funcionamiento serán redactados por un comité integrado por 24 países, tres de ellos de Latinoamérica y El Caribe, para ser presentado en la próxima cumbre que tendrá lugar en Emiratos Árabes Unidos en 2023.
El fondo será financiado en su mayor parte por los países ricos y aportaciones privadas, pero deja una ventana para que otras naciones emergentes, como China, puedan aportar recursos, un tema que promete debate.
“El acuerdo de un Fondo de Financiación para Pérdidas y Daños marca el inicio de un nuevo camino para la justicia climática”, afirmó Yeb Saño, jefe de la delegación de Greenpeace en la COP27.
Cuando sea el momento de discutir los detalles de la iniciativa tenemos que garantizar que los más responsables de la crisis climática hagan la mayor contribución, subrayó.
Después de décadas de lucha, el proyecto es un triunfo, pero tenemos un gran desafío por delante para garantizar que las naciones desarrolladas contribuyan en línea con la justicia y la equidad, coincidió Sara Shaw, de la ONG Red Amigos de la Tierra.
Según un informe de Loss and Damage Collaboration, un grupo de más de 100 investigadores, 55 de las economías más vulnerables al clima sufrieron pérdidas económicas de más de 500 mil millones de dólares de 2000 a 2020.
FUENTES DE ENERGÍA FÓSIL
Sin embargo, el futuro de las fuentes de energía fósil dejó descontento a ambientalistas, expertos y ONG porque el texto final del evento deja muchas dudas.
Desde un principio varios países, en especial los productores de carbón, gas y petróleo, rechazaron ponerle coto a esa industria altamente contaminante.
Según la página web de la ONU, en la lista de participantes inscritos de la COP27 estuvieron más de 600 grupos de presión de compañías petroleras, lo que supone un aumento del 25 por ciento con respecto a la cumbre celebrada el pasado año.
Otro tema clave en la COP27 que generó choques fueron las presiones para levantar el pie al acelerador en los objetivos de mitigación y reducción de emisiones de gases contaminantes.
Algunos Estados intentaron sepultar los acuerdos adoptados en la cumbre de París, de 2015, que limita el calentamiento mundial a muy por debajo de dos grados, preferiblemente a 1,5, en comparación con los niveles preindustriales.
Aunque varias delegaciones propusieron flexibilizar el pacto, al final se impuso la mayoría que rechazó cualquier cambio a tan sensible tema.
Pero muchos expertos, analistas y Gobiernos criticaron que se presentara como una victoria el mantenimiento de los compromisos firmados en lugar de aplicar recortes más drásticos en la emisión de gases contaminantes.
Debemos ir más lejos a la luz de los últimos hallazgos de la ciencia, advirtió la negociadora climática australiana, Sally Box.
“Hasta el último momento, estas negociaciones se vieron empañadas por los intentos de intercambiar los progresos en la adaptación y la mitigación a los avances en el fondo de las pérdidas y los daños, pero al final, el esfuerzo tanto de los países vulnerables como de los activistas consiguieron superar las barreras”, afirmó Saño.
En ese sentido, Collin Rees, gerente de campaña de Oil Change International, consideró positiva la creación del fondo, pero muy negativa la falta de progreso en el tema de los combustibles fósiles. El petróleo y el gas también deben ser eliminados, estimó Babawale Obayanju, de la Red de Amigos de la Tierra.
Durante la cumbre también fue reiterado el llamado al Norte a cumplir sus promesas de entregar 100 mil millones de dólares anuales como ayuda para combatir los efectos del cambio climático a las naciones menos desarrolladas.
“Hay quejas de que el texto final de la cumbre no es perfecto y, de hecho, no lo es (…) pero todos hemos avanzado, no debemos permitir que la búsqueda de la perfección nos impida hacer lo que es posible y pragmático”, alertó Barbados.
En similar sentido se pronunció la enviada climática de las Islas Marshall, Kathy Jetnil-Kijiner. Estoy orgullosa de estar aquí para presenciar que esto sucede y contribuir de manera pequeña, señaló en alusión al fondo.
“Hemos demostrado (…) que podemos hacer lo imposible, por tanto, podemos volver el próximo año (en la venidera COP28) y deshacernos de los combustibles fósiles de una vez por todas”, subrayó.
CRISIS CLIMÁTICA
Según cálculos de la iniciativa Global Carbon Project, las emisiones de gases contaminantes por el uso de combustibles fósiles alcanzarán niveles récord en 2022 tras la disminución durante la pandemia de Covid-19.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) aumentarán uno por ciento con respecto al pasado año para alcanzar los 36 mil 600 millones de toneladas, señaló el estudio, presentado en la cumbre. Esa cifra supera en 300 toneladas lo contabilizado en 2019, previo a la crisis causada por la enfermedad.
El crecimiento de uno por ciento es equivalente al uso de 70 millones de automóviles adicionales.
Mientras, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente alertó que el consumo de energía y las emisiones de CO2 del sector de la construcción en el mundo alcanzó un máximo histórico en 2021.
Detalló que esa rama fue responsable de más del 34 por ciento de la demanda energética y del 37 por ciento de las emisiones de CO2 en esos 12 meses.
Las emanaciones relacionadas con la energía en las operaciones de este campo alcanzaron un equivalente a 10 gigatoneladas de CO2, cinco por ciento más alto que los niveles de 2020 y un dos por encima del pico prepandémico de 2019.
Al intervenir en el segmento de alto nivel, el exvicepresidente estadounidense Albert Gore alertó que el mundo genera diariamente 162 millones de toneladas de carbono, lo que provoca gases equivalentes a 600 mil veces el calor de la bomba nuclear lanzada en Hiroshima, Japón.
Esa situación provocó un aumento sin precedentes de las temperaturas a nivel global, en especial en África, donde se reportaron hasta 53 grados, apuntó el activista climático.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que unos siete millones de personas mueren cada año de forma prematura en el mundo debido a la contaminación del aire.
Ese flagelo también provoca enfermedades a millones más y cuesta billones de dólares, expresó Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.
arb/rob