Tras superar el millón de espectadores en los cines de la nación suramericana, el desgarrador testimonio de la dictadura argentina estremeció a los espectadores presentes en la apertura de la fiesta del cine habanero.
El “señores jueces, nunca más”, esa frase que es ya parte del reclamo de memoria, justicia y verdad del pueblo argentino, resultó detonador de fuertes emociones entre los presentes.
La obra llegó aquí precedida por el Premio Fipresci (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica) y una mención especial del Signis en la 79 Mostra de Venecia, Italia; el galardón del público en el reciente Festival de San Sebastián, España; y su selección para representar a Argentina en la competición por el Óscar.
Celebrada y premiada por la crítica, la cinta estrenada en septiembre y que concursa en la categoría de largometrajes de ficción del festival cubano no solo propone un acercamiento a un pasado terrible, sino que constituye un llamado a preservar la memoria para evitar el regreso a los tiempos del terrorismo de Estado.
Protagonizado de manera magistral por Ricardo Darín, el filme ha sido calificado como necesario, porque eleva la búsqueda de la justicia como elemento sanador para una sociedad cuyas heridas permanecen abiertas.
Entre 1976 y 1983, Argentina vivió los momentos más oscuros de su historia y más de 30 mil personas fueron secuestradas, detenidas, torturadas y asesinadas por la última dictadura militar en ese país (1976-1983).
En ese contexto, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y otras organizaciones denunciaron los horrores cometidos por el régimen e iniciaron la búsqueda incesante de la verdad.
Por decretos del expresidente Raúl Alfonsín (1927-2009), en 1983 fue creada la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas.
Dos años después, en 1985, comenzó el proceso contra los dictadores Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini, Omar Domingo Rubens, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo.
La película relata la labor del fiscal Julio Strassera y su adjunto, Luis Moreno, en momentos en que el enjuiciamiento de los jefes militares fue obstruido por las Fuerzas Armadas.
Durante la acusación a los represores, el fiscal aseveró: “Quiero utilizar una frase que no me pertenece porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ¡Nunca más!”.
La sentencia de cinco de los nueve procesados fue considerada un hecho histórico y un golpe a la impunidad.
No obstante, los familiares y amigos de las víctimas demandaron la continuidad de las investigaciones y la aplicación de la justicia contra todos los responsables de los crímenes cometidos.
Tras su llegada al Gobierno en 2003, Néstor Kirchner (1950-2010) implementó medidas para separar de las Fuerzas a los responsables de aquellos hechos y anular leyes que habían permitido a los culpables evitar las condenas correspondientes.
Desde entonces fueron procesados más de 500 exmilitares y policías por delitos de lesa humanidad.
Su proyección provoca el resurgimiento de debates sobre la necesidad de mantener el pacto democrático en un país marcado por el reciente intento de asesinato a su vicepresidenta, Cristina Fernández.
Aunque algunos le señalan la ausencia de un tratamiento profundo de temas como la lucha incansable de las Madres, la obra retoma etapas esenciales de la historia argentina, muchas veces silenciada por negacionistas y defensores del odio.
Mitre debutó en la magna cita del cine en La Habana en 2011 con su película El estudiante, ganadora de los premios Cóndor de Plata, de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, en las categoría de Mejor ópera prima, Mejor director y Mejor guion original.
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