Se trata de Domingo y la niebla (2022), del director Ariel Escalante, uno de los 15 de competencia en la categoría de largometrajes de ficción en la fiesta del séptimo arte de cada mes de diciembre en Cuba.
El filme, segundo de su realizador, aborda la historia de Domingo, un hombre que habita en las montañas de ese país y su casa está a punto de ser expropiada debido a la construcción de una autovía.
Estrenada en mayo último en la 75 edición del Festival de Cine de Cannes, fue la única película iberoamericana en estar nominada a dos de las principales secciones de este evento, y la primera en Costa Rica en ser seleccionada para Un Certain Regard, la sección Cierta mirada de este prestigioso certamen.
Los cinéfilos podrán disfrutar durante el festival del cortometraje Luz nocturna, de Kim Torres, que compitió también por la Palma de Oro en el festival francés.
En sus 14 minutos de duración la cinta cuenta la historia de Ale, un adolescente que vive en una zona rural de Costa Rica con sus dos hermanos pequeños a quienes intentará protegerlos de la angustiosa verdad: su madre los ha dejado y no va a volver.
Los noveles creadores traen a la cita habanera dos títulos: Tengo sueños eléctricos, de Valentina Maurel, galardonada con el premio Horizontes del 70 Donostia Zinemaldia, el Festival de San Sebastián, España.
La cinta fue estrenada en agosto último en el Festival de Cine de Locarno, en el que conquistó varios lauros: mejor dirección, y mejor interpretación femenina y masculina y cuenta la historia de Eva, quien no soporta que su madre quiera reformar la casa.
También por el Coral, el máximo galardón del certamen habanero compite en esta categoría Clara sola, de Nathalie Álvarez, una película que narra pasajes de la vida de Clara, una mujer de 40 años quien tiene una conexión especial con Dios.
La película, estrenada el 2021, ha tenido un recorrido maratónico en diferentes certámenes y ya acumula más de veinte premios, lo que la convierte en la cinta más laureada del cine costarricense.
El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana volvió en su edición 43 a las salas y aunque con menos propuestas de las acostumbradas, incita por sus propuestas que su público regrese a la ansiada fiesta del séptimo arte de cada mes de diciembre.
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