Estrenada la víspera en las salas cubanas, el thriller de Fernando Guzzoni, conocido por títulos como Carne de perro, recibió la aprobación en masa de un público que estuvo atento a cada escena de una sobrecogedora historia basada en un caso real.
Recibida con aplausos en varios festivales, la cinta se inspira en el escandaloso caso Spiniak, que destapó en Chile una red de prostitución infantil liderada por un poderoso empresario.
El realizador parte de la historia de una jovencita que vive en un hogar dirigido por el padre Manuel,y comienza a denunciar a un grupo de políticos por haber cometido abuso sexual a varios menores. Blanquita se convierte en la única testigo de esos crímenes.
En diálogo con Prensa Latina, uno de sus productores, Jorge Bustamante, refirió que quedó impactado con el debut en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, que transcurre en esta capital hasta el venidero 11 de diciembre.
Fue una experiencia única pues viví algo que no me había pasado. El público cubano, en plena proyección, se me acercaba, me hacía preguntas. Esto no lo había visto en ninguna parte del mundo, fue extraordinario, dijo.
Blanquita es una de las varias propuestas de Chile en el certamen y llegó a esta capital con elogios en otros festivales como Venecia (Italia), donde conquistó el León de Oro al mejor guion. También se proyectó en otras partes como Huelva, España. En La Habana tuvo su segundo estreno latinoamericano tras ser exhibida en los cines de México.
Según expresó Bustamante en un encuentro con la prensa en el Hotel Nacional de Cuba, sede del encuentro, la obra de Guzzoni muestra una realidad que se vive en Chile y en el mundo.
Una realidad latente, que ha ido mutando. Creo que muchos conectan con la película porque invita a reflexionar sobre una problemática visible, palpable, contó el productor.
El escándalo sobre el caso Spiniak, que fue la comidilla de los medios y puso en tela una vez más el papel de la justicia, se convirtió en uno de los más sonados en Chile.
El poder, el rol de los grandes monopolios mediáticos, la banalización, se manifiestan en Blanquita, que podría dar sorpresas en este festival habanero.
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