Silvia, su protagonista, supuestamente vive en Marte y a través de sus recuerdos trata de encontrar algún significado a la nueva vida. Sus memorias, fusionadas con las de otras personas, la regresan a los efectos del aislamiento provocado por la pandemia de Covid-19.
En declaraciones a Prensa Latina, la distribuidora del filme Priscila Miranda indicó que la película de 70 minutos, aborda la vida en los tiempos de mayor incidencia del coronavirus SARS-CoV-2 y su impacto en la industria cinematográfica.
“Es un filme muy poético, con una estética fuerte y un sonido espectacular que te hace viajar a otro planeta”, dijo. La cinta contó con la participación de 37 animadores, revela una multiplicidad de procedimientos, perspectivas, estilos, pero también aperturas a la intimidad de sus creadores, explicó.
“En aislamiento, los artistas imaginan y sueñan con posibilidades de otros mundos en un flujo de colores, formas y deseos”, agregó Miranda.
El audiovisual cuenta con animaciones transitorias que parecen oscilar, tanto en el deseo de expresar sentimientos de manera abstracta, como de difundir la contextualización para que se comprendan la mayoría de las metáforas, reseñó la crítica especializada.
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