Originado en la década de 1970 en las fiestas del barrio del Bronx (Nueva York) como parte de la cultura hip hop, el breaking es un estilo de baile donde se mezclan la danza, la acrobacia, la destreza y la habilidad para moverse al ritmo de la música.
Un total de nueve jueces debidamente acreditados calificarán a los participantes de acuerdo con la creatividad, la técnica, variedad, performatividad y musicalidad.
En Santiago 2023 habrá dos pruebas, la masculina y la femenina, y se otorgará un cupo para las Olimpiadas de París 2024.
Otra novedad de la cita continental será el skateboarding. Se dice que surgió en la década del 40 del siglo pasado en Malibú, California, cuando los surfistas no podían practicar el deporte en el mar los días sin olas.
La disciplina consiste en desplazarse en una patineta, a la vez que se realizan trucos o maniobras, y se estima en 11 millones los skaters activos alrededor del mundo.
El skateboarding hizo su debut olímpico en Tokio 2020 y ahora lo hará en los Juegos Panamericanos, al igual que la escalada deportiva.
Este último deporte, asociado al montañismo, surgió en Francia en 1986 y durante las últimas décadas se ha vuelto muy popular por la gran emoción que despierta en el espectador y la accesibilidad para practicarlo.
En la edición XIX de la cita continental se disputará en dos modalidades: velocidad y combinada.
De acuerdo a los organizadores de Santiago 2023, uno de los valores de esta disciplina es fomentar la sustentabilidad y el cuidado del medioambiente.
Las competencias de escalada tendrán lugar en una instalación recientemente inaugurada en el Parque Bicentenario de Cerrillos, una comuna ubicada en el suroccidente de la capital chilena.
“A la gente le gusta venir y circular. Es un deporte urbano, por lo que no habrá ni tribunas ni graderías. Esperamos que llegue muchísima gente”, dijo Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo del Comité Organizador de los Juegos.
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