Por Edgar Amílcar Morales, corresponsal en Chile
Ambos son atletas muy queridos por el pueblo chileno debido a sus indiscutibles méritos, en particular los éxitos conseguidos en competencias internacionales a lo largo de su carrera.
Köbrich, de 38 años, está considerada como la principal representante en la historia de Chile en la natación, sobre todo en las modalidades de fondo, 800 y 1 500 metros.
Su trayectoria fuera de fronteras comenzó en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 y el estreno no pudo ser mejor al llevarse un bronce.
Dos décadas después se dispone a seguir brillando en su propio país, sin pensar todavía en el retiro.
No será esta, por cierto, la primera ocasión en que portará el pabellón nacional, pues muy joven lo hizo en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y allí quedó en la quinta posición en los 800 metros, el más alto lugar jamás alcanzado por una ondina de Chile en estas lides.
En su largo expediente está la participación en cinco citas olímpicas e igual número de juegos continentales consecutivos, además de numerosos campeonatos mundiales y regionales.
La envidiable vitrina de Köbrich exhibe una medalla de oro panamericana, conquistada en Guadalajara, México, en 2011, dos platas (Toronto 2015 y Lima 2019) y dos bronces (Santo Domingo 2003 y Guadalajara 2011).
Además, acumula 17 títulos en campeonatos y Juegos Sudamericanos y otros dos en los Bolivarianos.
Respecto a Grimalt, éste forma con su primo Marco la dupla chilena más exitosa del voleibol de playa, una disciplina poco conocida en este país hasta que ellos se encargaron de popularizarla a golpe de triunfos y reconocimientos locales y foráneos.
Su primera incursión ocurrió en 2011, cuando compitieron por primera ocasión en un evento de la Federación Internacional de Voleibol, el Abierto de Brasilia, y en ese mismo año cruzaron el Atlántico para darse a conocer en Aland, Finlandia, y La Haya, Países Bajos.
A partir de allí hubo una sucesión de certámenes en los cuales fueron acumulando experiencia bajo la dirección de otro miembro de la familia, su tío y entrenador Rodrigo Grimalt.
Resultaron muy importantes en su formación la participación en torneos del Continental Tour, el Abierto de Funzhou y los campeonatos de Grand Slam en la ciudad argentina de Corrientes, Gstaad (Suiza), San Petersburgo (Rusia) y Sao Paulo (Brasil), entre otros.
A nivel continental, la dupla terminó cuarta en Toronto, Canadá, y cuatro años después, en 2019, se alzó con el oro en Lima, un título que deberá defender en Santiago 2023.
Además, cuenta en su haber con el oro en los Juegos Sudamericanos 2022, dos primeros lugares en los Bolivarianos (2012 y 2013), tres medallas doradas en torneos del Circuito Mundial de Voleibol Playa y numerosas preseas en otros eventos regionales.
Grimalt ocupa el puesto 22 en el ranking mundial y este año le entregaron, junto a Marco, el Premio Nacional del Deporte, el más grande galardón otorgado en Chile a atletas destacados.
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