“Algún día mi marca será superada. En mi caso la única forma de que eso no pase es que el salto de altura desaparezca”, declaró el Príncipe de las Alturas, cuya plusmarca de 2,45 metros en Salamanca sigue vigente a 30 años de ser implantada.
Al participar en una conferencia en el Centro de Prensa de estos Juegos Panamericanos, junto al mítico pertiguista Serguéi Bubka y el coloso de la lucha Mijaín Lopez, Sotomayor aseguró que los récords están para ser batidos.
“Como mismo yo batí el récord del sueco Patrik Sjöberg, vendrá alguien que supere el mío y yo seré el primero en felicitarlo”, añadió el cubano, quien dijo sentirse a gusto desde que arribó a Chile para asistir a los Panamericanos.
Asimismo, valoró la organización del evento como “unos Juegos muy positivos en todos los sentidos” y también tuvo palabras de encomio para los atletas chilenos, cuya actuación consideró “digna de un país sede”.
Precisamente, sobre la presión añadida que significa competir como local en una cita multideportiva, el “Soto” recordó su experiencia de La Habana 1991, donde vivió un final rompecorazones.
“Tuve dos nulos sobre 2,29 frente a mi pueblo y me vi forzado a arriesgar a los 2,32 que ya habían saltado el bahamés Troy Kemp y el estadounidense Hollis Conway. Renuncié a esa altura para saltar 2,35 y por suerte lo logré y pude ganar la medalla de oro”, evocó, poniendo de relieve las emociones a flor de piel que suelen brindar los Panamericanos.
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