Facundo Díaz, el subcampeón olímpico de la juventud en Buenos Aires 2018, mostró la misma contundencia que el gigante de Tandil cuando ganó el US Open de 2009. Sin embargo, no era un torneo de Grand Slam lo que se disputaba, sino la final panamericana de single masculino en Santiago 2023, donde la afición chilena ansiaba celebrar un triunfo como el de Luis Ayala en Chicago 1959 o la inolvidable gesta olímpica de Nicolás Massú.
Barrios, que llegaba de disputar el título en dobles un día antes, se presentó en la Court Central Anita Lizana, decidido a mejorar esa plata y también la que logró hace cuatro años en los Juegos de Lima.
Así ambos disputaron, de poder a poder, una hermosa final por recursos y ganas, en la que el chileno apeló al clásico “longa shot” patentado por él mismo, que el zurdo bonaerense de 22 años consiguió contrarrestar con efectividad.
Lo hizo especialmente en los momentos clave del partido, como en el primer set, cuando levantó tres puntos de quiebre consecutivos para imponerse.
O sobre todo, en el segundo, en el que Barrios forzó el tie break con maestría, pero cuando todo indicaba que habría una tercera manga él y la afición terminaron congelados, viendo cómo su rival remontaba con frialdad una desventaja de 3-1 hasta desencadenar el error no forzado que puso a la final el broche de oro: 6-3 y 7-6 (5)
Al igual que Del Potro venció a Nadal y Federer en aquel Grand Slam de 2009, Díaz ponía de relieve que en el tenis —siguiendo la expresión coloquial— “la felicidad va por barrios”.
Y en Santiago 2023 como en Buenos Aires 1951, Mar del Plata 1995 y Toronto 2015 la fiesta panamericana del tenis masculino es de Argentina.
jcm/abc