Como mismo hizo un día antes su compatriota Natalia Linares en la prueba femenina, el colombiano de 23 años dominó la prueba de longitud, desafiando la gélida brisa que bajaba de los Andes hasta el Estadio Nacional.
“Había mucho frío, la carrera la tenía un poquito inestable… Pero nada, logramos salir adelante y obtener la medalla de oro”, explicó Dalmero, que admitió haber renunciado a su último intento por temor a lesionarse, luego de que el frío le entumeció las pantorrillas.
Las bajas temperaturas también afectaron a sus rivales, en una competencia donde abundaron los saltos nulos.
De hecho, el veterano uruguayo Emiliano Lasa —que arrancó comandando la prueba—, prácticamente quedó fuera de la contienda, tras sentir calambres en la carrerilla de impulso de su cuarto intento.
“Lamentablemente, esas molestias no me dejaron responder. Sin duda, el frío afectó mucho, de ahí que el cuerpo sintió esos calambres,”, se lamentó luego el charrúa de 33 años.
Al final, concluyó cuarto, y a Dalmero lo escoltaron por los cubanos Alejandro Parada y Maikel Vidal, ambos con igual registro de 8,01, que en el caso de Parada logró en su último intento.
No fue, en definitiva, la prueba de salto largo más brillante que se recuerde en los Panamericanos, aunque los tres atletas en el podio la recordarán de por vida tras recibir sus medallas en el podio de manos del recordista del mundo Mike Powell.
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