Por una nariz, podría decirse, en un final de fotofinish solo tres centésimas de segundo la separaron del oro en las vallas cortas que se colgó la campeona de Lima 2019, la costarricense Andrea Vargas, con un crono de 13.06.
Silbando detrás de ella, entró la cubana, quien tras una arrancada tardía fue sobrepasando obstáculos y rivales como si fuesen semáforos en luz verde.
“Me imaginaba una medalla, pero no que fuera la de plata, ni que estuviera así de cerca de alcanzar la de oro”, declaró luego en la zona mixta Roble, quien dijo haberse sentido bien a pesar del frío y la lluvia que afectaron este miércoles las competencias en el Estadio Nacional de la capital chilena.
Consideró que aún debe trabajar mucho para mejorar su arrancada y “es algo que me propongo para la próxima temporada”.
“Ya esta se acabó, pero me gustó como la terminé, y más con una medalla”, añadió la cubana, para la que el siguiente paso es seguir entrenando.
“Para alcanzar lo que uno quiere hay que perseverar y entrenar. Es la única forma de lograr un resultado”, concluyó, pensando quizá que con un salida más explosiva podría emular en el futuro los triunfos que su compatriota Aliuska López alcanzó en Juegos Panamericanos en la década de los 90.
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