“Para mí significa muchísimo porque vengo desde muy pequeña viviendo con sueños grandes y sé que todavía no acaba aquí. Nos viene otro el año próximo, que son los Juegos Olímpicos, y vamos a seguir trabajando por ese camino”, declaró la menuda corredora de 30 años.
Hace cuatro años, cuando Perú albergó los Juegos de Lima 2019, Rojas tuvo que conformarse con mirar el podio desde la distancia, al acabar séptima en los cinco mil metros. Pero no bajó los brazos.
Siguió corriendo y preparándose bajo las instrucciones de su entrenador Raúl Pacheco, y así comenzaron a llegar sus resultados.
El año pasado fue segunda en la media maratón de los Juegos Bolivarianos, efectuados en Valledupar, Colombia, y tercera en los cinco mil y diez mil metros de los Juegos Sudamericanos que acogió Paraguay.
Este lunes se presentó como campeona sudamericana y demostró que contemplarla entre las favoritas a batir en el Estadio Nacional de Santiago no era desacertado.
“Quizás no me lo esperaba tanto porque había competidoras muy fuertes, pero se logró”, apuntó la peruana, que tras arrancar a la sombra de la mexicana Laura Galván y la estadounidense Ednah Kurgat, tras completar 18 vueltas al óvalo decidió despegarse de ellas y decirles adiós para siempre.
Impuso un ritmo de locomotora que rompió el paso de sus competidoras y terminó entrando sola en la meta, con un crono de 33:12.99 minutos.
“Sí, estábamos preparados para eso y me arriesgué sin miedo. Es lo que había planificado con mi entrenador, que siempre está dándome esos tips, como se dice, esos detalles, que salga sin miedo”, explicó Rojas.
“Fue lo que realicé en la competencia y se dio el resultado”, añadió la corredora, que quiso aparecer en las fotos junto a su entrenador, al hablar con los periodistas.
También dedicó su triunfo a los 30 millones de peruanos, y en especial a su hija pequeña, por la que sueña seguir superándose en cada carrera.
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