“Es algo grandioso. La verdad es que soñaba con ser campeona panamericana y sentía un gran compromiso, ya que vengo de ser subcampeona mundial”, refirió la valleucana de 32 años, que hace poco más de dos meses ganó la plata en la justa del orbe efectuada en Budapest, con una marca de 65,47 metros.
Ahora, en la capital chilena, un primer envío de 63,10 le bastó para coronarse la víspera, por delante de la bahamesa Rhema Otabor (60,54) y la estadounidense Madelyn Harris (60,06).
“Hace cuatro años también venía con la opción de la medalla de oro, pero lastimosamente tuve una lesión en el aductor en el primer lanzamiento. Así que este era mi desquite y lo pude lograr”, añadió.
Y afirmó que con esta actuación cierra con broche de oro esta temporada, pese a que esperaba superar un mejor registro.
“Quería romper mi marca personal, la que hice en el Mundial, pero la parte técnica me estaba afectando un poco. Como tengo problemas en los tendones no puedo correr bien, así que esto es un avance de que en cualquier momento me puede salir un lanzamiento sobre los 70 metros”, explicó.
Además, precisó que su mayor reto es ser campeona olímpica, pues “el Mundial me dejó picadita”.
Quizá esa meta pueda lograrla en París 2024, justo después de coronarse campeona panamericana en la tierra de Marlene Ahrens y recibir su medalla de manos de la cubana María Caridad Colón, dos estupendas jabalinistas que coincidentemente consiguieron brillar por Latinoamérica bajo los cinco aros.
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