De la provincia de La Habana (occidente), Hormachea Gutiérrez declaró a Prensa Latina que llegó al país africano en septiembre de 2021, su primera misión internacionalista, para formar parte de la Brigada Médica Cubana presente hace 40 años allí.
Cuenta que el trabajo con la población local ha sido intenso, duro, pero gratificante. Precisó que, aunque Ghana no cuenta con atención primaria de salud, tienen muy bien establecida la secundaria y terciaria, que en la isla vendría siendo los policlínicos y hospitales.
De igual modo, disponen de un centro de referencia ubicado en la capital, pero el acercamiento de los hospitales donde trabajamos hacia la población rural tuvo gran impacto, enfatizó.
Sus inicios fueron en la región de Volta, al este de la capital, como cirujano general, pero fue todo un reto porque al trabajar en un hospital regional, todos los casos eran remitidos hacia ahí y nosotros teníamos que hacer de cero a 120 años todas las cirugías que llegaran.
“Tuvimos que hacer cosas de angiología, cirugía pediátrica, que en Cuba normalmente los cirujanos generales no somos quienes las realizamos, pero bueno es parte de nuestra especialidad, la hacemos dentro de nuestra especialidad y lo asumimos como un reto tanto personal como profesional”, reveló.
Posteriormente fue traslado a un hospital en Accra para asumir, además de su especialidad, el programa de mínimo acceso en el país donde existe poco personal formado en esa función. Precisó que actualmente se entrenan en el exterior y luego retornan a ejercer esa rama de la Medicina.
Idioma, acogida, raíces africanas
Para el cirujano cubano, que llegó a Ghana con una base del idioma inglés, la barrera idiomática no fue lo que más le dificultó sino el acento utilizado por los nativos. “Tienen un acento y una cadencia muy fuertes en África, entonces tienes que adaptar un poco el oído para poderlo entender”.
Otra barrera superada fueron los dialectos locales, recordó, porque muchos no hablan inglés y uno tiene que pensar en español, traducirlo en su cabeza al inglés, decírselo al enfermero o al otro médico que esté trabajando contigo en inglés para podérselo traducir a las lenguas locales de ellos.
Es difícil al inicio, pero ya después te acostumbras, incluso llegas a aprender el idioma local y eso facilita la comunicación con los pacientes.
Sobre la acogida por parte de la población, resaltó que, como la Brigada Médica Cubana lleva 40 años en Ghana, la aceptación es buena porque nos conocen y saben de la calidad de nuestro trabajo.
También unen las raíces que tenemos africanas. “Desde Cape Coast, una zona al suroeste, salían la mayor cantidad de los barcos con los esclavos de toda esta región, no solo de Ghana, también de Nigeria, Níger, Mali, Benin, de todos esos países capturaban a los esclavos y los llevaban a través de Cape Coast hacia las Américas”.
Como muchos médicos cubanos en el exterior, ha diagnosticado y atendido casos que solo conocían en los libros de Medicina. Recordó la tuberculosis, que a nivel mundial está bastante controlada, aunque se cataloga actualmente como una enfermedad reemergente.
“Nosotros la tuberculosis que vemos es la pulmonar, y en los libros sólo conocíamos aquella fuera del aparato respiratorio y aquí he visto todas las formas de la tuberculosis fuera del aparato respiratorio y otros casos propios de mi especialidad muy diferentes a lo que vemos en nuestro país”, recalcó.
Otro valor agregado al trabajo dentro de la brigada, es la posibilidad de intercambiar con médicos ghaneses formados en Cuba, los denominados cubanitos, desde los recién graduado que comienzan sus rotaciones y exámenes hasta aquellos con más experiencia y que hoy son especialistas.
“Es bonito porque puedes regresar en tu lugar de trabajo al idioma español de tu tierra, de Cuba, y gratificante escucharlos con diferencias de edades cómo hablan de sus experiencias y su paso por Cuba”, destacó.
La presencia de los galenos cubanos viene a cubrir ese déficit de especialistas en Ghana y junto a nosotros se garantiza una atención médica de calidad para la población, concluyó.
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