La cita deportiva fue clausurada anoche luego de nueve días de intensa confrontación muscular en la que representantes de Venezuela, Cuba y Rusia, en ese orden, obtuvieron la mayor cantidad de premios.
Aproximadamente tres mil 500 atletas, técnicos, árbitros, federativos de 11 países, a los que se sumaron personal de apoyo y unos dos mil de los indispensables voluntarios, dieron vida a una noble justa que transcurrió del 21 al 29 de abril, concebida para fomentar la amistad, cooperación e integración entre los pueblos, señaló Yustiz en entrevista con Prensa Latina.
Provinieron de Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucia, las selecciones de mayores y juveniles de Venezuela, y Rusia como nación invitada.
El viceministro comentó que en aras de impulsar la hermandad con pueblos amigos se cursaron invitaciones también a China, Türkiye e Irán, pero circunstancias nacionales en esos países y la situación global impidieron que se incorporaran.
Por adversidades políticas los Juegos estuvieron sin celebrarse durante 12 años –los últimos fueron en 2011-, y en 2021 los dignatarios del ALBA-TCP se reunieron para evaluar la agenda post-pandemia del bloque, y en esa cita acordaron retomar estas justas ya que lo consideraron necesario, recordó Yustiz.
Posteriormente, en mayo de 2022 los ministros y autoridades del Deporte del ALBA-TCP –añadió- concretaron realizarlos con una primera intención de que Cuba y Venezuela compartieran las sedes, aunque por necesidades organizativas se acordó efectuarlos en instalaciones venezolanas, en Caracas, La Guaira y Miranda.
“Esa es la génesis de esta quinta edición, aunque la génesis de los Juegos se remonta a 2005. Tenemos un compromiso inquebrantable con el legado de los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, y eso nos marca el rumbo; ellos fueron los precursores e impulsores de estos eventos”, rememoró.
La primera cita tuvo lugar en Cuba en 2005; la segunda la asumió Venezuela en 2007; la tercera volvió a instalaciones cubanas en 2009 y en 2011 a tierra venezolana.
Aparte del propósito de que sirvan a la confraternidad y unión entre los pueblos –acotó- se ideó también para que sirvan de base de fogueo y preparación para los atletas con vista a eventos de mayor envergadura fundamentales en el programa competitivo internacional.
En este caso, los deportistas se preparan para los venideros Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023 que tendrán lugar en 55 días, y para los Panamericanos de Chile 2023, en octubre-noviembre.
“También hay torneos clasificatorios en todas las disciplinas que otorgan boletos a certámenes regionales y a los Juegos Olímpicos, y esta competencia ha servido de muy buen fogueo porque la participación de representantes de Cuba y Rusia eleva la calidad de las pruebas”, opinó el viceministro.
En el marco del evento –añadió- tuvo lugar el segundo encuentro de ministros y autoridades del Deporte, en el cual se evaluaron propuestas de convenios de cooperación entre los países del ALBA-TCP para fortalecer la formación atlética y elevar la calidad del alto rendimiento.
Yustiz avizoró que en algún momento los Juegos del ALBA en la medida que se consolidan pueden servir de evento clasificatorio en varias disciplinas, que sean reconocidos por las federaciones internacionales y esto podrá englobar a más países participantes, lo cual redundará en un mayor rigor competitivo, vislumbró.
A manera de resumen, valoró que esta quinta cita del ALBA constituyó “un éxito esperado y necesario, e irá mejorando en la medida que se refuercen las estrategias organizativas. A la vez han servido para mostrar al mundo que Venezuela puede ser futura sede de otras competencias de envergadura”, valoró.
De cara al futuro “veo los Juegos del ALBA robustecidos, con mayor participación de los países miembros del bloque y de otros que deseen foguearse con los atletas de nuestras naciones”, pronóstico Yustiz.
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