En un informe reflejado hoy en la página oficial del certamen, a prácticamente un mes del encuentro, el máximo directivo de CCS afirmó que se va “sumamente contento” por el progreso en la preparación de las instalaciones que albergarán la cita regional del 23 de junio al 8 de julio próximo.
Mejía realizó el último fin de semana un recorrido que incluyó cinco escenarios deportivos y la Villa Centroamericana y del Caribe.
“Esta es la cuarta visita de inspección, vengo cada 23 de mes y faltando un mes para los juegos me voy sumamente contento, mucho más que las veces anteriores por una razón muy simple: todo lo que se ha planificado se ha venido cumpliendo, es una visita que me ha llenado de satisfacción”, afirmó. En la Villa Centroamericana y del Caribe los dormitorios ya aguardan la llegada de los atletas aunque todavía se trabaja como parte de una inversión superior a los 30 millones de dólares.
La gira por escenarios deportivos incluyó el Complejo Deportivo de Ciudad Merliot, el Parque de Béisbol Saturnino Bengoa, el Complejo Deportivo El Polvorín, el Estadio Nacional Jorge “El Mágico” González, el Estadio de Softbol Pablo Guzmán y la Universidad de El Salvador, que será utilizada como villa.
Mejía aseveró que El Salvador va a tener una plataforma de instalaciones deportivas que va a superar a muchos países porque estará a nivel Panamericano, me quedo muy contento, muy satisfecho, puntualizó.
En esta ocasión, el presidente de CCS se hizo acompañar de Sara Rosario, vicepresidenta de CCS, Keith Andrew, presidente de la Asociación Caribeña de Comités Olímpicos Nacionales y Aliann Pompey, representante de los atletas en el Comité Ejecutivo de la Asociación Mundial de Olímpicos.
Los comentarios del directivo regional y sus acompañantes responden a dudas e interrogante sobre si las instalaciones donde se competirán y la Villa Centroamericana estarán listas para el día inaugural.
El reto ahora se multiplica cuando llega la temporada de las lluvias y un intenso calor, a veces de cerca de 40 grados centígrados, reta el esfuerzo del ejército de constructores que dan el empujón final a las instalaciones a un mes de que suene el disparo de arrancada.
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