Además de la meta individual, el capitán del llamado buque insignia del deporte cubano espera los éxitos del colectivo, pues como afirmó a periodistas de su país presentes en la XXIV edición de este tipo de eventos “el objetivo es luchar por las siete medallas de oro”.
Confiamos en nuestra preparación y en el colectivo técnico, estamos seguros de que todas las cosas nos saldrán bien, destacó el pugilista de la división de los 92 kilogramos y titular en las citas precedentes de Barranquilla-2018 y Veracruz-2014.
La Cruz, bicampeón olímpico y cinco veces monarca del mundo, ponderó la preparación con vista a esta competencia, que comienza pasado mañana, un día antes de la inauguración oficial de los Juegos, y reconoció a los rivales, quienes “se preparan fuerte para pelear contra los cubanos”.
Tenemos el compromiso con el pueblo, con el país, de aportar las medallas, no importa si eres joven o viejo, recalcó el multipremiado deportista antes de referirse al debut de las mujeres de la mayor de las Antillas en esta disciplina a nivel regional.
Vamos a apoyarlas y seremos otros entrenadores más para ellas, que puedan sentirse boxeadoras con experiencia, es su primer compromiso, pero se les va a exigir resultados, opinó sobre las seis compatriotas.
Ante una pregunta de Prensa Latina acerca de otros eventos futuros y los Juegos Olímpicos de París-2024, La Cruz aseguró que trabaja paso a paso, y trata de enfrentar y salir victorioso de cada reto.
El equipo masculino para concursar en San Salvador está integrado además por Erislán Romero, de la categoría de los 51 kilogramos, Saidel Horta (57), Erislandy Álvarez (60), Jorge Cuéllar (71), Arlen López (80) y Fernando Arzola (más de 92).
Por su parte, la nómina de las féminas cuenta con Idamelys Moreno (50), Elianni de la Caridad García (54), Legnis Calá (57), Lianet Gómez (60), Arianne Imbert (66) y Yakelín Stornell (75).
De acuerdo con cifras de estos certámenes, Cuba ostenta mil 851 preseas de oro y de tal cantidad 107 pertenecen a los boxeadores, cuyos primeros campeones fueron en 1935 en esta misma capital salvadoreña Manuel García (81) y Wilfredo Rodríguez (91).
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