Además de la nombrada periodista, reporteros de Venezuela, Colombia, Puerto Rico, Cuba y Nicaragua dialogaron, rieron, indagaron sobre los medios de cada quién en un autobús pequeño, parecido, quizás demasiado, a la alegría de América Latina.
Todos, profesionales de agencias de noticias, como Prensa Latina, periódicos, televisoras, sitios web y emisoras de radio andan con un objetivo común: llevar a las audiencias los detalles de los XXIV Juegos Centromaericanos y del Caribe.
Esto es una fiesta, comentaron unos; y nadie quiere dejar de contarla, respondieron otros, mientras fueron guiados por entusiastas voluntarios que hablan con cariño acerca de su país y preguntan por el resto de las naciones.
La alegría de esos jóvenes representa también la voluntad y los esfuerzos del llamado Pulgarcito de América para acoger esta cita multideportiva regional, la más antigua del mundo y surgida en 1926.
Sin dudas, coinciden muchos, habrá que agradecer eternamente a El Salvador, sin olvidar a República Dominicana, subsede de siete deportes, por estos Juegos, que tendrán su inauguración en breve en “El Mágico” González y culminarán el próximo 8 de julio.
Poco a poco, paso a paso, tras la revisión rutinaria en estos casos, los reporteros entraron al recinto, y siguieron las historias entre risas como parte de ese coro polifónico que es la región.
Eliberto Bustos Riaño, de Colombia, mantiene sin cesar la conversación, y la anfitriona Lizbette Rodríguez, directora de Comunicación en una universidad capitalina, sigue indagando y tomando opiniones sobre la estancia de los extranjeros acá.
Así, se espera la ceremonia de inauguración, con un sol picante, escasa brisa y el verde de las elevaciones circundantes del estadio, una obra que beneficiará al desarrollo deportivo de este país.
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