Las quisqueyanas estuvieron debajo en el partido hasta las postrimerías, aunque con desventajas relativamente cortas.
Luego de perder los primeros tres cuartos por 18-20, 15-23 y 12-13, Dominicana resurgió como el ave Fénix y montó una remontada antológica, sentenciada por un canastazo de Sugeiry Monsac, que puso el definitivo 21-9 en el último parcial, y el 66-65 final.
Así, las dominicanas clasificaron a la gran final del certamen de San Salvador, donde ya esperaba Islas Vírgenes, la gran revelación, que horas antes había vencido contra todos los pronósticos a Puerto Rico, por 61-60.
El partido por el trono se jugará mañana en el Gimnasio Nacional, desde las 21:30 hora local.
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