El duelo final en el Complejo Deportivo El Polvorín de la capital salvadoreña repitió el crucial desafío de Barranquilla-2018 y nuevamente Gaitán se impuso, ahora 2-0, con parciales de 21-18 y 21-14, para prolongar un reinado que comenzó en Veracruz-2014.
Haramara es una jugadora muy fuerte, nos hemos enfrentado en varios torneos, y tenemos casi la misma cantidad de ganados y perdidos, comentó a Prensa Latina la subtitular después del choque.
Me siento muy contenta a pesar de haber perdido la final y no obtener la medalla de oro que tanto he deseado, afirmó Oropesa, quien regresó al bádmiton en enero pasado luego de más de tres años alejada de las canchas.
Precisó que para esta competencia se preparó bien, y especuló que si hubiera comenzado a entrenar antes quizás hubiera logrado el primer lugar.
Como en ocasiones anteriores en diálogo con esta agencia de noticias, reiteró su satisfación por el apoyo del entrenador Humberto Daudinot, el comisionado nacional de este deporte, Orlando Cala, y los compañeros de equipo.
Daudinot destacó que Oropesa es una gran deportista, y su plata, añadió, es como si fuera oro, teniendo en cuenta el poco tiempo de trabajo después de su reincorporación a la selección cubana.
Vimos hasta dónde logró llegar, lo dio todo, luchó por la victoria, y aunque no pudo ante una oponente que se presentó en muy buenas condiciones estoy satisfecho con su desempeño acá, subrayó.
Por otra parte, Gaitán comentó que el éxito era sinónimo de volver a respirar; “la culminación de mucho trabajo”, señaló, antes de recalcar que está exageradamente agradecida con el desempeño en San Salvador.
Resultó difícil el partido contra la cubana, la felicito, no era de las favoritas, pero estar en una final centroamericana y caribeña siempre dice mucho, fue una gran rival, expresó la campeona.
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