Muchos de los participantes foráneos que llegan al aeropuerto internacional Oscar Arnulfo Romero de esta capital no pueden resistir la tentación de tomar sus primeras fotos de la cita precisamente en esa terminal, junto a las imágenes de los personajes estrechamente ligados al espíritu del país sede principal del evento.
Las representaciones de uno y otro en diferentes soportes –carteles, camisetas, llaveros, manillas- se repiten alrededor de la ciudad y en las instalaciones deportivas donde acontecen las acciones de la cita multideportiva regional más antigua del mundo.
En el caso de Maqui, su diseño está inspirado en el maquilishuat, el árbol nacional de El Salvador y una especie presente en toda Centroamérica, cuyos llamativos pétalos rosados lo hacen distintivo en medio de los bosques tropicales.
Medios salvadoreños de prensa destacan que su belleza inconfundible, además de la resistencia de su madera, hacen del maquilishuat un elemento preciado y valioso para esta nación, lo que unido a su valor de símbolo patrio sirvió para concebir a la ya popular mascota.
De valiente espíritu, Maqui corre entre los árboles, se esconde en los ríos y viaja en los campos, un día siguió a siete estrellas brillantes que le encomendaron la tarea de guiar a los deportistas a través de difíciles pruebas, según se expresa en el video promocional lanzado a finales de mayo pasado para darla a conocer.
Por su parte, Volco es la personificación de los volcanes, estructuras geológicas poderosas con gran presencia en América Central, las cuales acompañan el paisaje y son símbolos de muchos escenarios de El Salvador.
En estas elevaciones que pueden estar tanto en calma como desprender una gran energía se basó la concepción de Volco, una mascota de voluntad y fuerza que tiene la misión de “guiar a las nuevas leyendas a través de las pruebas más difíciles”.
Ambas también inspiraron estas letras, junto a imágenes para guardar rumbo al futuro.
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